El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
conocer al Santo es tener discernimiento.
(Proverbios 9:10)
¡El principio de la sabiduría es el temor del Señor! La falta de respeto es un paso hacia la destrucción. Temer a Dios no es tener miedo, sino sentir respeto y celo.
El respeto comienza cuando reconocemos que Dios es soberano, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Dios sabe todas las cosas, hasta lo que sucede dentro de nuestro corazón. Por eso, el temor a Dios debe ser algo genuino.
La prueba de respeto más grande que podemos mostrarle a Dios es vivir en obediencia a su Palabra. Aquel que respeta de verdad, oye y guarda la Palabra de Dios en su corazón. Quien hace esto es sabio y recogerá todo lo bueno que Dios puede ofrecer.
No le tengas miedo a Dios, entiende que él es amor y justicia (Salmo 9:8).
Guardando la Palabra
- No uses la Palabra de Dios como un juego de adivinanzas, sino como el manual para la vida eterna.
- Ten intimidad con Dios a través de su Palabra. Léela diariamente y medita en lo que lees.
- Pídele al Espíritu Santo que te dé entendimiento. Cuando entendemos lo que leemos, respetamos lo que recibimos.
Para orar:
Señor, tú eres poderoso, eres amor y justicia. Obedecer tu Palabra es mi placer. Tú traes alimento y alivio para mi alma con tus palabras de amor. Solo tu Palabra conduce a la vida eterna. Amén.
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